Bestiario

Genuino, arbitrario, delirante, subjetivo, cierto, inquietante, un bestiario como este requería una personalidad como la de José Esteban. ¡Qué pena su animadversión azoriniana! Pero, el BESTIARIUS STEBANENSIS tiene una entidad jánica y jónica.

De una parte, la escritura; de otra, la provocación a su amigo Andrés Alcántara para que con sus dibujos completara la obra: verso y reverso de un acontecimiento, haz y envés de un mismo claro espejo. Dos columnas para sostener la estructura de un monumento. Alcántara, escultor lúcido y probado, maestro en la talla de la piedra, ha interpretado las fantasías estebanianas poniéndoles formas únicas, en dibujos al pincel, con tinta china sobre papel de arroz.

Su lenguaje vanguardista se despoja para que emerja el orden que habita en el caos; los haces de líneas se alabean siguiendo con pulcritud su destino y una sonrisa del tiempo se ve reflejada en la belleza que ahorman los surcos de tinta cabe los muslos blancos que el papel deja ver con temerosa gracia y picardía, tal una melodía de Astor Piazzolla o una décima de El Indio Naborí.

Tomás Paredes
Fragmento prólogo al BESTIARIUS STEBANENSIS
Contraportada del libro
Madrid, 2018-2019.

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